nuestra gama clásica

Una de las recientes adquisiciones del libro de recetas de los Maestros Confitureros de Confituras Tradicionales. Queriendo potenciar las frutas locales, no podíamos obviar una de las frutas más trabajadas de la zona.

Elaborada con variedades de frutas antiguas que guardan su sabor y aroma, en esta mermelada se pueden degustar las finas láminas de melocotón ligeramente confitadas, que despliegan en paladar todo su potencial. 

Una exquisitez clásica para quien quiera redescubrir los sabores de antaño.

Una mermelada elaborada con el primo francés del melón Cantalupo, pero con melones provenientes de los campos de las tierras murcianas. Esta receta se hacía originalmente con melones de una ciudad del sur de Francia llamada "Cavaillon". 

Un clásico de la Provenza Francesa adaptado a nuestras tierras.

En esta mermelada los trozos de melón de color naranja vivo harán las delicias de los amantes de esta fruta refrescante de verano.

Una de las recetas más exquisitas del catálogo de Confituras Tradicionales. Una fruta clásica del Mediterráneo, cuyos árboles adornan alegremente el paisaje. Acompañándonos con su sombra y su sabor durante milenios.

Esta receta se consigue sólo con los mejores higos púrpura de la zona, poniendo en valor la riqueza de nuestra tierra, Equilibrado con un toque de limón en esta mermelada se pueden encontrar los higos enteros, confitados en su propio almíbar. Una delicia para disfrutar a cucharadas, o como maridaje con foie.

Una delicada mermelada elaborada con una fruta que debe su nombre a la esposa de François I, Rey de Francia en el siglo XVI. Esta variedad de ciruela tiene unas marcadas notas ácidas que reverberan en el paladar. Sorprendiendo agradablemente a quién la prueba.

Esta es una de las mejores recetas en las que se puede disfrutar de unas ciruelas de km O, seleccionadas personalmente por los artesanos en las Cooperativas de Fruta de Caravaca de la Cruz.

Nuestra oda a los campos del Noroeste Murciano. Elaborada con fruta local de las Cooperativas de Caravaca y de Moratalla, esta mermelada es un clásico elevado a su máxima expresión. Los orejones de la fruta deshuesada a mano son los auténticos protagonistas, que con su equilibrio ácido hace las delicias de todos los paladares.

Una mermelada en la que se juntan dos circunstancias propicias: recetas ancestrales ejecutadas con maestría y la mejor fruta que da la tierra. El resultado es una obra de arte culinaria de las que quedan en la mente y siempre se quieren repetir.

La madre de todas las mermeladas. Con la que todo empezó. Desde que el romano Apicio nos susurró los secretos de la conservación del membrillo, a partir de ahí salieron las demás recetas. Una mermelada portadora de sabiduría con un marcado pasado greco-romano, como nuestra Región de Murcia.

El membrillo se usaba antiguamente como ambientador en las casas. Su fragancia anunciaba el final del verano y la caída de las hojas. De los mejores y más fragantes frutos se elabora esta mermelada poco común, que garantiza un viaje al pasado a través del paladar. Su marcado sabor, propiciado por la maestría del dominio de las técnicas de elaboración antiguas, transporta los sentidos a un pasado en el que los dulces se elaboraban sin aditivos y con sumo cariño. 

Una alegoría de que nuestro pasado sigue vivo y presente en cada una de las facetas de nuestra vida.